lunes, 10 de mayo de 2010

Yo tocaba guitarra



Yo tocaba guitarra. Yo cantaba, mal, pero cantaba. Yo tenía una banda de rock. Yo dolía en pasos propios y desangraba en huellas ajenas. Yo era algo así como un rockerito con grandes intenciones, mal aprendido, adicto a un par de vicios, solitario por elección, deshilachado de la gorra hasta las medias, del alma hasta los sueños. Yo era una fuente de ingreso para las putas y alguna cena de sus hijos. Yo era todo eso y poco más, pero el tiempo avanza y así como el otoño da paso al invierno y éste a la primavera, así mismo, la guitarra se quedó sin cuerdas, o mejor dicho, me quedé sin ganas de que sonara. Es que el simple acto de aplastar una cuerda contra un traste para que dé una nota, es algo que no me provoca nada, o sí, me provoca una sensación horrible de vacío que duele sentir. Me lleva a las entrañas de la nada. Me pasea por recuerdos que no quiero recordar. La guitarra es una máquina del tiempo. La mía, lo es. Y ya no sé si el problema es ella o yo, ni siquiera conversamos. No nos queremos ni oler. A veces la añoro, pero es por dos o tres segundos. Tal vez cinco. Y vuelve el rechazo, el olvido, el odio, la indiferencia, la nada. Y me jode. Jode preguntarse si verdaderamente la quise algún día. Jode ver como mi pasado, tan real para mí, sea una mentira para este presente con su ausencia. Jode explicar lo inexplicable. Yo tocaba guitarra. Yo cantaba, mal, pero cantaba. Y también despertaba con resaca en puertas ajenas. Con ganas de perderme para siempre. Pero esa es otra historia, o la misma, pero hoy no tengo ganas de contarla y como siempre, mucho menos de tocar guitarra. Que en paz descanse. O no. Será su problema.

2 comentarios:

  1. profundo y triste, es casi poético por como enlazas las frases.
    el pasado a veces es duro, pero es pasado y no suele volver, la guitarra no tiene culpa y te pide que vuelvas a tocar...cambia esos sentimientos por otros alabando lo bueno que ahora te rodea.
    un gran abrazo rockito argento

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  2. Tocabas la guitarra y sufrías, cantabas y sufrías..., madurabas, supongo, como todos, acompañado de música, de alcohol y de algo más..., ahora estás mucho mejor acompañado y ya no cantas, escribes y sonríes. Sin duda has ganado (O al menos vas ganando, que la vida es un partido que nunca se acaba).

    Besos, abrazos y todas esas cosas...

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